No tengo un parque, ni siquiera un jardín enorme. Tengo un jardín pequeño, de esos que hay que organizar bien si quieres disfrutarlo sin llenarlo de cosas innecesarias. Por eso, cuando buscaba una mesa de exterior, tenía dos condiciones: que no ocupara espacio cuando no se usa y que me diera la libertad de invitar a amigos y familia cuando quisiera. Así fue como elegí la consola Easy de exterior.
Cuando Easy está cerrada, ocupa poquísimo espacio: la tengo apoyada contra la pared del cobertizo de herramientas (que en realidad es más un mini armario que un cobertizo), lista para usar sin invadir la zona que uso para las plantas o donde me gusta sentarme a leer. El jardín se mantiene así ordenado y despejado. Pero es cuando llega el momento de disfrutar al aire libre que Easy se vuelve insustituible.
La primera prueba la hice un domingo por la noche: era un día estupendo, perfecto para cenar fuera. Abrí Easy y en menos de 2 minutos la convertí en una mesa de 3 metros de largo, lo suficientemente grande como para sentar cómodamente a 10 personas, aunque caben hasta 12 en total. Pude poner platos, vasos y botellas sin preocuparme por el espacio. Y, lo mejor de todo, sin tener que ir y venir cargando mesas pesadas desde dentro.
Lo que más me sorprendió fue su estabilidad: incluso completamente extendida, Easy sigue siendo sólida y sin tambalearse, y no tengo que temer que se caigan platos o botellas. Durante las comidas, se llena de bandejas, ensaladeras y, al final, de café y postres. Y cuando termina el día, se cierra con la misma facilidad con la que se abre, devolviéndome el espacio libre en el jardín.
Tener un jardín pequeño no significa renunciar a los momentos de convivencia. Con Easy puedo invitar a mis amigos incluso en el último minuto, organizar un aperitivo por la tarde sin complicaciones y sin el más mínimo esfuerzo. La consola Easy me permite transformar el jardín en un espacio acogedor cada vez que quiero.
Además, Easy tiene un diseño limpio y moderno, que combina muy bien con las sillas de exterior Olivia. Es resistente y fácil de limpiar, incluso si cae algo sobre su superficie. ¿Lo que más me gusta? Su color cálido… es puro verano y da aún más calidez al ambiente.
En resumen, si tienes un jardín pequeño y quieres aprovecharlo de verdad, la consola Easy es una de esas elecciones que te cambian los fines de semana: cerrada cuando necesitas espacio, lista para usar cuando llega el momento de reunirse.
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