¿Alguna vez moviste un mueble del salón convencido de encontrar una nueva armonía… y solo hallaste polvo y el calcetín perdido de 2008?
Es hora de tomárselo en serio: hoy hablamos de decoración Feng Shui, esa filosofía milenaria que promete armonía, bienestar y… muebles mejor colocados que los tuyos.
No hace falta convertir tu casa en un templo zen, pero con estas 5 reglas Feng Shui podrías dormir mejor, respirar más tranquilo y darle a tus espacios una apariencia de serenidad.
Entonces, ¿qué es el Feng Shui?
Feng Shui (se pronuncia “feng shui”, no “feng shuí” ¡atención!) es un antiguo arte chino que busca armonizar el espacio para mejorar la calidad de vida. Significa literalmente “viento y agua”, dos fuerzas de la naturaleza que fluyen y se adaptan, justo como debería hacerlo la energía – llamada chi – dentro de tu hogar.
Según esta filosofía, cada objeto, color y disposición afecta el flujo de energía en el ambiente. No hace falta ser un monje budista ni andar descalzo sobre un tatami: basta con algunos ajustes prácticos y muebles que respeten tu espacio (y tu estilo).
1. Orden, espacio y proporciones: lo básico
Según el Feng Shui, el espacio debe poder “respirar”. Traducido: si tu entrada parece el almacén de un mercado, quizá es hora de hacer un poco de limpieza.
Sí a los muebles esenciales, lineales y funcionales. Como una consola extensible que se mantiene compacta pero, si hace falta, acoge también al amigo inesperado.
2. El dormitorio debe ser un santuario (no una sede de Netflix)
¿Reglas Feng Shui para el dormitorio? Unas cuantas. Nada de espejos frente a la cama, ni televisor, ni desorden. Olvídate de luces intermitentes y regletas bajo la almohada.
El cabecero debe apoyarse sobre una pared sólida y nunca estar alineado con la puerta. ¿Quieres más estilo? Elige mesitas flotantes o muebles pequeños con formas suaves.
Las plantas en el dormitorio son bienvenidas según el Feng Shui, siempre que no invadan tu espacio vital. Una o dos, no una selva.
3. Elementos naturales: madera, luz y un toque verde
El Feng Shui ama la madera, la luz natural y todo lo que transmita paz. Así que sí a los materiales naturales y no al plástico (aunque te guste).
Un mueble en acabado Fresno Blanco ilumina el ambiente y da esa sensación de aire limpio que es puro Feng y aún más Shui. Y si quieres pasarte de zen, añade un espejo redondo Olivia cerca de la ventana: reflejará la luz y duplicará la energía positiva (además de un selfie con buena vibra).
4. Los cinco elementos del Feng Shui
Fuego, agua, tierra, metal y madera. Estos son los elementos que hay que equilibrar. ¿Suena complicado? Vamos a simplificarlo:
- Madera: listo, gracias a los muebles adecuados.
- Fuego: una vela o una lámpara de luz cálida.
- Agua: un espejo o, si quieres, una pequeña fuente decorativa (¡sin peces, por favor!).
- Tierra: una planta en maceta o una alfombra en tonos beige.
- Metal: detalles en zinc o cromo, como los mecanismos ocultos de tu consola extensible 😉
Voilà, tu casa ahora es un pequeño universo en equilibrio.
5. Los colores adecuados: calma sí, aburrimiento no
El Feng Shui en decoración prefiere colores cálidos, neutros y nunca excesivos. No significa “todo blanco”, sino jugar con paletas armoniosas.
- En cocina y comedor → tonos cálidos como amarillo y terracota
- En salón → beige, topo, grises luminosos
- En dormitorio → verde salvia, azul empolvado, blanco leche
- En baño → tonos frescos pero no fríos, mejor si combinan con acabados de madera clara
Y recuerda: incluso un solo mueble funcional bien colocado puede mejorar el flujo del chi, sobre todo si dentro puedes esconder lo que no quieres mostrar.
En conclusión: menos caos, más armonía (y quizá un mueble nuevo)
Ahora que conoces las reglas del Feng Shui, puedes empezar a decorar tu hogar con más conciencia y mucha más ligereza. No hacen falta rituales ni varitas mágicas: basta con buenas decisiones y muebles que respeten tu espacio y tu ritmo.
Elige muebles prácticos, bonitos y capaces de marcar la diferencia. Como los que encuentras aquí, en Mobili Fiver.
Y si quieres un último consejo: deshazte de lo que ya no necesitas (empezando por las sillas cojas y las mesitas sin historia).
¡Buen Feng, buen Shui. Y feliz hogar!
